“ Los momentos antes de que
muriera yo sentía que ella estaba muy mal y me daba mucha tristeza al punto de
encerrarme en mi casa sin salir a nada solo por cuidarla, el día antes de su
muerte cuando llegue a la casa ella estaba acostada junto al árbol de navidad
inmóvil ya de lo enferma que estaba, imagen que me dio muy duro y aun sabiendo
que estaba cerca de morirse sentía que debía seguir haciendo cosas para
mantenerla viva. Cuando la hospitalizaron yo no fui capaz de tomar la decisión
de dormirla, me sentía que la mataría, por lo que mis papas fueron los que
tomaron esa decisión, para mi yo sentía que yo era la única que la quería como
parte de la familia, mientras que mis papas solo la veían como a una mascota,
un animal. El día que me llamaron a contarme que mi papa había tomado la
decisión de dormirla sentí mucha ira ya que la condeno a morirse, así que el
día que fui a despedirme de ella, decidí quedarme con ella en la jaula hasta
que llegara el veterinario a hacer su trabajo, porque si yo fuera ella me
hubiera gustado estar en los brazos de alguien al final. Aunque sabía que ella
descansaría, no podía dejar de llorar. Cuando sentí que había dejado de
respirar comencé a sentir que solo era un cuerpo, que ya no era mi Muñeca, así
que no la quería sostener más, comencé a llorar más y los veterinarios la
llevaron a la cremación, peor aún fue la rabia que me dio cuando la sacaron
hacia la cremación en una bolsa roja, muy impersonal.
Después estuve muy triste, cada
vez que pasaba por el veterinario volvía a sentir todo de nuevo, igual que cada
vez que veo un perrito de la misma raza, de vez en cuando siento en mi casa los
pasos de ella, he incluso de vez en cuando la busco, hasta que recuerdo que
ella no está. Todavía ahora que ya ha pasado 1 mes aún sigo muy muy triste.”
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